Imagen del artista plástico y escritor trujillano Miguel Montilla La Peña |
Diez pares de oídos; en Informes del
viento: Crónicas y Anécdotas. (II/II).
“Porque construir ficciones para la contemplación es un llamado a la reflexión
de la realidad objetiva, porque la literatura, como todas las artes, es un gran
anecdotario de la humanidad, almacén de experiencia humana.”
Diez pares de oídos (II/II)
6:38
pm, hora en Venezuela.
-Si
amor, lo botaron, y eso era fijo porque firmó. A mí me hubiesen botado también
porque ese loco y yo trabajábamos juntos, y yo también hubiese firmado, así me
llamaran escuálido, porque eso está que no se aguanta. Y pura mentira y la
gente comiendo cable. Bueno ni cable, hace poco es que desde diciembre mi tía
tiene internet de nuevo; los cables se los robaron todos para revenderlos por
ahí a no sé quién.
-Y
es que qué se puede esperar, todo eso que me cuentas ni acá te lo imaginas. Lo
del pajarito que habló es lo que todos recordamos aquí. Y lo del finado que me
dijiste hace poco, hablando en cadena nacional sobre una ocasión en que tenía
diarrea, es el máximo de la falta de respeto a la población, una entera
desfachatez. A la gente se le habla de lo importante, los chistes nacen es en
las calles, no en donde se administra el bienestar de todos.
8:39
pm.
“Acá
son las dos de la madrugada, si no respondo de una vez es porque me quedé
dormido.”
3:00
am.
“
Bueno,
entiendo lo que me dices, Ale. Me quedé dormido hasta las seis y pico y ya
llevo unas dos horas en el trabajo y es en este momento que te pude responder.
Si he leído los rumores de que se está poniendo complicada la cosa con lo de
los títulos y que el plan es que te vengas con él legalito y con todo. Sé que
no es fácil, porque has sido excelente y eso no se hace sin trasnocharse.
También admito que el estado te paga los estudios, por beneficio de la nación,
a mí también me los pagó, pero si toca arreglárselas en otro lado, porque la
indignación y la impotencia de verdad no permiten que el ánimo se reponga, ya
esto como si fuese una pandemia, te digo que uno no se puede sacrificar porque
no es lujo lo que buscamos, es poder tener las condiciones de ser y hacer las
cosas en la vida como se debe, con oportunidades, para aportar. Es injusto que
logren invalidar los títulos (aunque te confieso que me suena más a rumor que
nada, sería el colmo de la desesperación oficial una medida como esa… pero
hemos visto muchos colmos, la verdad…) porque a fin de cuentas, el que se va
siempre querrá volver, y afuera no estará perdiendo el tiempo, Venezuela
siempre va a ser algo demasiado fino y claro que se quiere volver. Te acuerdas
que papá adoraba a Alí Primera y repetía una frase que he leído en internet
mucho últimamente, “La Patria es el hombre”, y es que acá junto a mis zapatos,
y hasta descalzo, siento la tierra cerca. Tú ya sabes, tuve mi fiebre de
“poesía revolucionaria” y pues, me queda alguito todavía. Y me da pánico pensar
en lo que papá hubiese sentido al ver que hoy es tan explícita la burla que se
le hace a este verso del falconiano barbudo, embriagado y lúcido. Y es que da
pánico. Yo lo que sé es que quiero que te vengas y acá nos las arreglamos
juntos, y nos traemos a tu novia, también eso se puede. Y me traes una a mí,
las de acá no son para nada feas, pero tú sabes… Bueno, la que iba contigo en
el primer semestre, bueno, ya me conoces, me harías muy feliz y hasta me caso.
Lo que si te digo es que no te sientas mal, me has dicho que no te hubieses
imaginado irte cuando papá estaba tan mal, entiendo tu comparación, es sólo que
la diferencia que pesa acá es que este papá nos esperará, incluso si termina de
llegar al suelo, porque si nos hemos ido es porque debemos sobrevivir sanos por
lo menos mentalmente, porque el país lo están borrando de a poco desde dentro,
y los que estamos fuera tenemos el insobornable deber de restituirnos todos en
país en un futuro no lejano, mantenernos en preparación para arreglarlo todo,
muy pronto. A echarle bolas y pulirse cuanto se pueda, si es que se decide
salir, como yo, como piensas tú, y echarle más bolas. Tú tranquilo, y sigue
estudiando. Y te conozco, sácate al pueblo de la nostalgia, apuesto y no pierdo
que lo tienes entre ceja y ceja. Y respóndeme cuando puedas, sé que debes estar
casi despertando porque tienes que aprovechar y completar lo que se había
acabado ayer cuando al fin entraste al súper y ya esta nota de voz está bien
larga. Saludos a todos. Y abrazos. Los extraño porque mi país no es otra cosa
sino mi gente. Y quiero a mi país contento. A fin de cuentas, aunque el mundo
entero nos es propio, la responsabilidad que con esa totalidad tenemos es la
porción de tierra en que se formaron nuestros pies.”
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