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Mostrando entradas de mayo, 2022

El porte de armas: pan de cada día

La afición a las armas y la ética implícita en ese mundillo —porque esta afición es una estética—, me parecen, en el contexto sur y norte americano, para no ir más allá, además de reprobables, peligrosas, un sustrato ideal para que ciertos individuos se sientan con poder y se destruyan entre sí o a otros, por razones fútiles. Hay algo en las armas, que modifica la personalidad de muchos que las portan.  Quien tiene un arma está dispuesto a usarla, y en sociedades como las nuestras, con individuos inconscientes de las psicosis que en cualquiera se pueden generar o padecer, el porte de armas, así esto sea ilegal en muchísimos países —ya podemos ver lo que el porte legal de armas hace a una nación—, es pan de cada día.

Un poema de Alberto Caeiro

No creo en Dios porque nunca lo vi. Si él quisiera que yo creyera en él, sin duda que vendría a hablar conmigo y entraría adentro por mi puerta diciéndome: ¡Aquí estoy! (Esto es tal vez ridículo a los oídos de quien, por no saber lo que es mirar las cosas, no comprende a quien habla de ellas con el modo de hablar que reparar en ellas enseña) Pero si Dios es las flores y los árboles y los montes y sol y el rayo de luna, entonces creo en él, entonces creo en él a toda hora, y mi vida toda es una oración y una misa, y una comunión por los ojos y por los oídos. Pero si Dios es los árboles y las flores y los montes y el rayo de luna y el sol, ¿para qué le llamo Dios? Le llamo flores y árboles y montes y sol y rayo de luna; porque si él se hizo, para que yo lo vea, sol y rayo de luna y flores y árboles y montes, Si él se me aparece como árboles y montes y rayo de luna y sol y flores, es que él quiere que yo lo conozca como árboles y montes y flores y rayo de luna y sol. Y por eso yo lo obede

El papa en silla de ruedas

Se me ha puesto a pensar sobre la existencia de dios estos últimos días, algo que me parece no lleva a ningún lado, y a lo que no le he dedicado tiempo, hace muchísimo tiempo. Pero somos necios, somos humanos. Y el papa apareció en silla de ruedas.  Si dios es todopoderoso, y el papa está en silla de ruedas, es, uno, porque dios no quiere ayudarlo, o dos, porque dios no existe. Agreguemos una tercera: "Así es la voluntad de Dios", lo que me parece una reducción al absurdo; esto en sí es parte de un viejo argumento crítico sobre la existencia de dioses. Pero si él, el papa, que dedica su vida a dios, y seguro reza mucho, a diario, y seguro reza u ora por sí mismo, por la importancia de su liderazgo, si él no está bien, qué queda para los demás; o dios no oye rezos y oraciones, o lo hace selectivamente, o no existe; pero cerrar las posibilidades así me parece caprichoso, y ya me explico.  La estadística nos ha hablado en repetidas ocasiones sobre la ineficacia de la oración o e