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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Firma: Dios

"¡Ah! Veo que no tiene intención de rectificar, ni de hacer reparación de daños ante ese pecado mortal que cometió, pero rezó cuatro Padrenuestros , cinco Avemarías, y tiene tres años sin faltar un domingo a misa. Según esa sincrética y politeista religión Católica, eso vale mucho. ¡Ya tiene el cielo ganado!". Firma: Dios. 

Los valientes del Colectivo San Isidro

 No sé si indignación, vergüenza ajena, o una gracia causada por lo irónico que es el descaro, es lo que me ocasiona el leer lo que dice el Granma sobre las acciones del Colectivo San Isidro en Cuba: "un nuevo show, instrumentado desde Washington y Miami" [...] "forma parte de los planes de subversión contra Cuba".  Los que somos venezolanos, exiliados o no, o quienes vivimos en carne propia la debacle social, económica y política (y sus implicaciones éticas y morales) de Venezuela, este tipo de discurso no nos es extraño; y es que el gobierno de Venezuela, desde que el difunto Chávez salió del closet socialista (recuerden que en el 98, en su campaña a la presidencia, tildaba de dictadura al gobierno de Castro) ha asumido esta "estética" propagandística. Y no es casual, ya Hannah Arendt nos habló de esto hace casi setenta años: las tiranías son locales, el totalitarismo busca desdibujar las fronteras, para que el terror, el dominio sea, precisamente, tota

Escritora invitada: "El Dios de la trampa", por Daniela Materano*

He visto a muchos artistas, ilustradores, cantantes y literatos, lamentando la pérdida muy pero muy dolorosa de una figura que representa todo lo que ha estado y seguirá estando mal en Latinoamérica. Maradona fue un hombre lleno de trampas. Su amado gol fue una trampa, su desempeño en la cancha fue una trampa, se amigó con tramposos, usó dinero de la trampa, hizo propaganda y aplaudió la trampa desde el inicio hasta el fin de su vida. La admiración sublimemente ciega por un hombre que representa el sadismo, la violación, el maltrato, la pedofilia, el narcotráfico, la riqueza a costa de la sangre y el hambre de otra gente, la fama usada para dañar y amenazar de muerte a los que no tienen voz, no puede sino decirme que este es un día negro para el mérito, la honestidad y para los hombres buenos. No puede sino decirme que si estos que le admiran, que le aman al Diego (aún a pesar de su trampa y de sus malditos hechos) son los que escriben la historia, pues a mi y a los de mi generación no

Escribiré un cuento sobre un grupo de diputados

Escribiré un cuento sobre un grupo de diputados que van recorriendo distintas facultades de Humanidades, Ciencias Sociales y Educación, porque están sumamente comprometidos con un proyecto de ley y saben que muchas de las tesis que estas facultades albergan les darán valiosas luces al respecto. Además, tienen, los diputados, muy en cuenta que estas áreas del saber pueden aportar grandes avances a la sociedad, ya que no sólo las ciencias exactas y la tecnología generan progreso. Les emociona todo lo que leen. Y en el transcurso del trabajo que llevan a cabo, se dan cuenta que la sociedad entera debería conocer todo lo que se dice en esos trabajos que estudiantes, licenciados, maestros y doctores escriben con tanto compromiso. Pero es un cuento, y como me gusta reflejar la realidad en la literatura que escribo, este sólo puede culminar de una manera: todo es el sueño de un estudiante de doctorado en Filosofía que gana poco más de quinientos dólares al mes —obviamente no está en Venezuela