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Mostrando entradas de 2016

La pantaleta intelectual

                                                    La pantaleta intelectual I Sólo una pantaleta quedaba. El estante se veía  vacío o casi vacío. Las vendedoras daban bostezos en coro de ese lado de la tienda. Todo lo nuevo desaparecía. Al otro lado pantalones, camisas, blusas… se vendían rápidamente. Era tal el entusiasmo de las personas por comprar,  que mujeres y hombres se peleaban entre ellos para adquirir la mercancía nueva. Parecían poseídos por una fuerza superior. Los estantes vacíos o casi vacíos del lado de las  camisas y pantalones se iban limpiando… En los estantes de ropa interior quedaban pocos trajes de baño de una pieza, unos sostenes, ligueros negros y rojos, unas pantaletas de moda, y unas que tenían varios veranos e inviernos en el mismo lugar, estantes a los que nadie siquiera se acercaba a observar estas prendas por temor de maltratar la visión. Tal vez, en algún momento llegaron a estar de moda, en otro siglo quizá si estaban de moda, pero no a

No es quién, es cómo

No es quién, es cómo A la gente, al Pueblo - Pueblo , me detengo en él y pienso que es término, concepto e ideal tan malherido y prostituido en nuestro país- a estas alturas y después de tanta crisis y "debate "  al respecto, no le importa si gobierna la izquierda o la derecha -y ojo, esto lo enuncio como alguien que se identifica con la izquierda (y otro ojo, hay una izquierda que se dice así como excusa, contradiciéndose en el hacer). A la gente no le importan las ideologías porque a fin de cuentas todas son teorías y a ellos, a la gente, a esos que trabajan duro y se pasan la vida buscando lo mejor, lo que les interesa es que las cosas buenas para cada una de sus vidas, se den de una vez por todas. Los políticos, ideólogos, estadistas, algunos intelectuales… se preocupan por muchas cosas que realmente no le interesan a aquellos para quienes trabajan. La ideología no nos da de comer, sólo indica caminos -y si esta no reconoce en algún punto que no lleva a buen desti

Sobre POLITICA

Miguel Montilla Motivo POLITICA                             Sentir en VOZ ALTA             Existe la idea genuina que todos tenemos y entendemos por Política. Idea que considero, se ha tergiversado sustancialmente en nuestro tiempo, sobre todo en los países de este lado del mundo, los mal llamados tercer mundistas. Un adjetivo que invita al repudio de todo lo que en él, existe, exceptuando sus minerales. Y todo esto viene al caso, por la sencilla razón del desconocimiento, de en manos de quien o, quienes, colocamos las riendas de nuestro PAIS. En la Grecia antigua sólo los hombres avanzados en edad, podían hacer política, por considerarse que era en ellos donde habitaba la sabiduría. Si contextualizamos un poco, estamos muy, pero muy lejos de lo que significaba para Grecia hacer política en aquél entonces (y no me refiero a la edad). En nuestro país hace “política” desde un analfabeta (en todo el sentido de la palabra) hasta alguien que apenas puede articular sonidos pa

Descarnado y El muerto. Dos relatos, por Edward Maldonado

         Descarnado y El muerto. Dos relatos           Descarnado Siempre observaba al crítico literario e imaginaba su mundo, su habitación de estudio como una sala quirúrgica. Un día pude entrar a ella y verlo leyendo; subrayaba y marcaba con separadores. Con gestos inusuales y hasta graciosos diseccionaba y extraía frases, palabras, letras coaguladas. Me miró sorprendido y vino hacia mí muy alegre a saludarme como de costumbre. En silencio pude detallar su ropa manchada atrozmente de sangre de libros. Miré hacia la mesa y allí agonizaban hasta que se desvanecían. El Muerto El tío siempre nos había contado muchas historias acerca de la muerte, de los santos misterios y la razón de la vida. Siempre nos causó curiosidad eso de la vida eterna y el juicio final: un Dios justiciero sobre una enorme nube, junto a un ángel que haría sonar una trompeta. Nos contaba que tal día sería un caos total y todos aquellos que habían sido malvados correrían a pedir pe

Escritor Invitado: Jordi Santiago Flores: "Gloria al pueblo arrecho"

                       Escritor Invitado: Jordi Santiago Flores:                         "Gloria al pueblo arrecho"  "Gloria al bravo pueblo...". Con esa condensación nos quedamos para sostener el nosotros que somos y defendemos. Si esto mismo lo tomamos como "gloria al pueblo arrecho" se entiende mejor y es más preciso. Un pueblo de arrechos, de arrechitos, donde el más arrecho, manda; corona. Así educan a los hombres, y a las mujeres que se fijarán en esos hombres, y así son las mujeres que no quieren ser educadas como mujeres, y así... Claro, no todos y todas. Parece que siempre ha sido as í pero hoy más que nunca este pueblo es arrecho. ¿Está bravo? No, es arrecho. La gente no está brava. Se queja, nos quejamos, y respondemos siendo arrechos. Por supuesto, no sin ofrecerle al otro un gesto de picardía y gracia, bien venezolana. Siempre ha sido un punto de indignación (siempre ha sido una vara para medir patriotismos) eso de q

El fantasma (relato). Por Edward Maldonado

El fantasma             Llegó apurado a la sala de espera. El viejo banco del centro carecía de toda clase de calidez. Contaba con dos taquillas blancas en donde se podía encontrar tras su ventanilla, a pequeños seres solitarios, sonrientes y siempre prestos a atender. Llegó muy agitado. Noté de inmediato que le invadían pensamientos dolorosos; era un hombre de baja estatura y ropa desarreglada que me indicaba que venía corriendo. Al comienzo, abrió la puerta aparatosamente. Los presentes que permanecían rígidos en sus asientos advirtieron el ruido y se limitaron sólo a cambiar de posición. Llegó asustado, mirándolo todo. Sentí pena al detallar su rostro colmado de nostalgias. Detalló bien el lugar, los demás permanecían estáticos, una que otra mirada sobre el hombro, o de esas fugaces, cómplices y maliciosas. El rostro de aquel hombre me hacía imaginar universos de soledades.  Luego suspiró y se calmó por completo. En ese momento supe con certeza quién era. Conmovido lo

La incertidumbre...

Lo mucho...

La majestad...

La vara del conjuro final (relato). Por Edward Maldonado

La vara del conjuro final           Las cucarachas habían sido un maleficio en casa. De eso estaba segura la tía Carmen, quien muy ingenuamente mostraba su habilidad en detectar los malos augurios y a pesar de ser la menor, era de naturaleza siniestra e inocente. La tía Eulalia -la del medio- era la conocedora de las esencias, polvos, y a cada uno le conocía las propiedades para ahuyentar o atraer cosas. Temilda, la mayor y más sabia de las hermanas, propuso y aplicó una vara gruesa a la que llamó   La vara del conjuro final.   Éste era el instrumento con el que mis tías mataban a las cucarachas: una vara de madera maciza con la que las aplastaba, con tal precisión, ferozmente, y así aseguraban el debilitamiento de tal brujería, magia negra, conjuro o como se le quisiera llamar. Anoche salí al patio trasero a cepillarme los dientes como de costumbre a la misma hora. Tomé la tapara, la llené de agua y cerquita del mango me agaché con mi cepillito lleno de crema dental.

Nada nuevo sobre el libro y la lectura: Una política de la fantasía. Por Miguel Montilla La Peña

V itral de Fernand Léger, 1954. Edificio de la Biblioteca Central, salón principal.  Universidad Central de Venezuela. Nada nuevo sobre el libro y la lectura: Una política de la fantasía           Nadie en lo absoluto puede ser obligado a leer un libro. El gusto hacia los libros y la lectura debe ser un acto espontáneo en las personas. Necesariamente los docentes poseen gran valía a la hora de inducir en los estudiantes este agrado, a través de estrategias pre-elaboradas; pero, todo el trabajo no corresponde parcialmente a ellos, en los padres también recae la responsabilidad de mostrar a sus hijos la novedad de los libros y la importancia que entraña el comprender lo que allí se resguarda. Por otro lado, si el educando no posee cierta disposición hacia éstos, ese esfuerzo seguramente será energía liberada sin ningún beneficio. Se dice a modo de consigna en las universidades que   quien no estudia será   policía   -parafraseo-, de igual forma se toma con saña pa

Por dentro...

Una gota...

Al menos...

El progreso...

Escritor Invitado: Miguel Montilla La Peña: Sobre la venezolanidad

Escritor Invitado: Miguel Montilla La Peña Sobre la venezolanidad           Dibujar o, a mejor decir, generalizar las maneras de ser de las personas sólo porque tienen en común el espacio territorial es tan irresponsable como decir que, nuestras desgracias son un castigo divino. Porque no todo japonés es igual, porque no todo canadiense es igual, porque no todo venezolano es igual. Y me detengo en lo venezolano porque no soy japonés ni canadiense. Mi sencillo y único propósito con estas palabras es el de desdibujar o, el desgeneralizar la imagen kitsch que se ha creado en torno al ser venezolano. Imagino que cuando uno de nosotros llega a otro país lo menos que esperan ver es a un Conde del Guácharo (con el perdón del Conde porque ese es su trabajo) que los insulte y los haga reír hasta morir. No es así, y no lamento la decepción. Porque no todo venezolano es jocoso, porque no todo venezolano es dicharachero, porque no todo venezolano aplaude las tonterías d

Ser Madre y ser Padre: asumir la responsabilidad del mundo

Madre arrodillada con niño  (1907), de Paula Modersohn-Becker Ser Madre y ser Padre: asumir la responsabilidad del mundo             La mujer que se hace madre, debe asumir su belleza para sí, sentirla y disfrutarla para sí y olvidarse de la mayoría de hombres que con sólo el instinto notan su virtud, esa particular que, hace de muchos ellos inescrupulosos y más salvajes que el nativo de lo netamente silvestre; debe asumir su postura de sustentadora de vida, de engranaje del todo, de medio y fin para la existencia.             Por otro lado, el hombre que se hace padre debe saber ignorar como a la vez agudizar su visión; visión no es sólo ver. El hombre que se hace padre debe hacerse paradoja de sí, ser todo y singular, asumir la responsabilidad de un mundo que sustenta a su sangre; debe auspiciar la benevolencia en los suelos y distraerse con inteligencia lo más que pueda del cuerpo porque el placer, a medida que irremediablemente se hace más sabio (lo que debería

Hoy no publicaré en Espesas Ráfagas; en Informes del viento: Crónicas y Anécdotas

Pies del artista trujillano Edward Maldonado en las calles de la bella ciudad de Trujillo, "cuando eramos felices y no lo sabíamos"           Hoy no publicaré en Espesas Ráfagas;  en Informes del viento: Crónicas y Anécdotas. Hoy no publicaré en Espesas Ráfagas (y miren, esto terminó siendo una publicación) porque estoy demasiado arrecho, estoy indignado, impotente, muy a punto de explotar porque en Venezuela todo se pone más y más obscuro cada día... Y siento que no puedo hacer nada con todo y que a diario pienso en cosas para aportar... pero me reprimo por tanta indolencia e indiferencia gubernamental. Y veo que quienes pueden no logran nada, no aportan nada, o no corrigen... Estoy cansado de ver tanta apatía, tanto de eso de esperar un mesías que sólo existe en la cabeza, y que no es otra cosa que una manifestación de la mediocridad ciudadana, política y hasta espiritual que nos hundió hasta esto que vivimos hoy día... De ver a tantos que sólo quieren pes

Sobre la destrucción del planeta (II/II)

Imagen del artista plástico y escritor Edward Maldonado Sobre la destrucción del planeta (II/II) Ir a la primera parte El desprecio y la indiferencia hacia lo que nos sucede en el fondo parece ser una proyección de lo que le deseamos al otro: deseamos que el otro sea humillado, consumido, liquidado, perdido en la inexistencia porque es supremacía lo que deseamos sin notar siquiera que atentar contra el otro, es atentar contra todo espacio común y contra sí. Atentar contra el otro es fracturar los cimientos de tu suelo. Y eso es lo que prolifera en el planeta, un creciente odio entre todos; es como quien corta sus propias extremidades creyendo que así vencerá en la pelea. No soy en lo absoluto ejemplo de un conservacionista, es obligado que debo admitir estar condicionado por toda una vida en un contexto capitalista. Mas podemos conversar sobre esta cuestión porque es necesario reflexionarla. En una ocasión escuché que el suicidio era el acto más ecológico que