La impunidad es un buen incentivo para cierto tipo de negocios y perversiones. Secuestran, violan, matan, y ya no hablemos sólo del odio a la mujer, sino el odio hacia todo lo justo y ordenado, pero indignarse hasta la frustración explosiva, por como la autoridad se burla de las víctimas, "eso no es correcto, hay otras formas", dicen los que no son muy dados a ejercitar la empatía.
A quien le incomoden las luchas sociales, particularmente la feminista, no dudo que ignora datos que son evidentes.
Una mujer no debería estar sola en la madrugada en un contexto así, pero nuestro mundo no es ideal, y pasará una y otra vez por muchísimas circunstancias (si las violan y matan de día, hasta en sus casas, se descarta fácil el argumento de que el problema es la hora en la que andan por ahí...), y la culpa no será de ella, ellas, así se dediquen a la prostitución ¡la culpa siempre va ser del enfermo que tiene atrofiada la corteza superior de su cerebro, que no sabe controlarse, que mata y viola, que sigue aún cuando le han dicho que no, y lo hace una y otra vez, porque la injusticia en Latinoamérica, y el apoyo ciego a poderes políticos y religiosos, es la norma!
La impunidad mata. Los Estados fallidos matan, y arreglan las condiciones para que el sádico prospere.
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