Ir al contenido principal

Uno no necesita lo que no conoce

Uno no necesita lo que no conoce. ¿De verdad uno no necesita lo que no conoce?

Aunque en Trujillo se come un muy buen ají picante, esa sensación al comer nunca me atrajo —a menos que hablemos de esos vegetales picocitos con que daban a acompañar las deliciosas empanadas de Takiko, cerca de mi casa, subiendo a La Puerta. Ahora, a casi seis años de haber emigrado a México, no puedo comerme una arepa sin unos chiles en escabeche o curados que aprendí a preparar, y en mi despensa no falta chile serrano, jalapeño, huajillo, pasilla, chipotle... Y un mango o una naranja con chile piquín... ¡Sabor glorioso! No necesitaba ese sabor hasta que lo conocí, sencillo, y ahora que lo conozco... Creo que ya fui claro al respecto. 

Las sensaciones, las emociones, son también experiencia epistémica. Positivismo, lo siento.

**
Desde muy niño me pregunté por qué si las religiones cristianas —por parte de mi padre me encuentro como adventista, por parte de mi madre, católico— seguían a un mismo revolucionario de la espiritualidad judío, se atacaban entre sí, en vez de unirse y llevar a cabo la misión de amor que este personaje ¿histórico? encomendaba. Nunca he visto, particularmente a los católicos, muy interesados en saber lo que la famosa Biblia dice... y a no pocos protestantes, preocupados por aplicar en sus vidas la humildad que aquel judío pregonaba. Total, si hasta ahora han podido vivir sin necesidad de conocer la base teórica de su moral, los unos, y sin conocer verdaderamente la humildad de aquel Cristo, los otros, no hay ningún problema. Uno no necesita lo que no conoce. ¿O si? 

**
"La corrupción se acabó, el neoliberalismo rapaz que nos empobrecía ya está vencido", dice un hombre que apoya apasionadamente a un gobierno que acaba con apoyos públicos que iban dirigidos a los más necesitados, a artistas y organizaciones sociales, y aparentemente hace, ese gobierno, lo imposible por "ahorrar" el dinero de una nación. "Al fin un gobierno que no engaña a su pueblo". No es necesario saber qué es y en qué consiste el neoliberalismo, porque se puede vivir sin ese conocimiento. ¿O no? 

**
El comercio es lo suyo. Dale lo que sea y lo vende. Leer historia, literatura, publicaciones científicas, son de pereza, y no son necesarias cuando se tiene labia para vender, vender lo que sea. Leer no es lo suyo. Sobre el coronavirus, dice, se contagian los que más miedo tienen, por eso no usa ni usará cubrebocas —al parecer es muy valiente; estarle diciendo a los niños que se laven las manos una y otra vez es meterles el miedo que los terminará infectando, dice. Lo suyo es vender, vender lo que sea, porque en el dinero posa sus certezas y seguridades. Y para vender no se necesita saber de historia, literatura ni nada de esas cosas científicas; se puede vivir con dinero en el bolsillo, sin consciencia de la historia, de la ética, y a la vez ser un buen comerciante. Se puede vivir perfectamente bien del comercio sin preocuparse, sin ser del todo consciente, del estado de la cultura que está sostenida por esa economia en la que tanto le gusta participar. Total, para qué saber de historia, literatura, ciencia, si uno no necesita lo que no conoce. ¿O si? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Monólogo del emigrante venezolano

Escultura por Bruno Catalano Monólogo del emigrante venezolano Me voy del país y aun no me lo creo. Es que ya tiene fecha el vuelo, y no me lo creo. No he preparado nada para ese viaje porque… no me lo creo, no lo acepto… Siento que es tan absurdo esto de irme de donde pertenezco, me inquieta pensar que este ya no será mi clima cotidiano, que voy a tener que aprender nuevas direcciones, que la forma de ser, de hablar… y hasta de mirar de las gentes no va a ser la que conozco; nunca hubiese comprendido lo que es sentir que voy a extrañar a esos extraños de la calle, esos que no conozco pero que  son  los de mi calle; esos, que como yo, no tienen sino cédula de identidad en vez de pasaporte. Ahora yo voy a tener pasaporte. Visa, no sé cuándo. Los planes que tenía acá ya no existen, porque los planes no se quedan o se trasladan a ningún sitio, ellos se dan o nunca existieron… Me voy y no puedo creerlo, me duele, tanto… Siento que dejo el amor, mi trabajo, mis pasiones…...

Discursos de odio, desinformación, y redes sociales: asuntos de supervivencia y justicia

¡Al fin hago un reporte en Facebook sobre discursos de odio, y me hacen caso! En una publicación desinformada sobre la comunidad LGTB+, llena de seguidores de la desinformación, entre tantos mensajes destructivos y sesgados, uno de ellos resaltaba: mostraba en un meme la foto de Hitler, invocándolo para "solucionar un problema" sobre dicha comunidad, siempre conocida, siempre ocultada, mas, actualmente, bastante bien estudiada científicamente. Con sólo rasgar un poco en el catolicismo más reaccionario, en el protestantismo más ciego, y buena parte de la izquierda que parece que no sabe que es conservadora, como la estalinista y maoista, podemos llegar al principal sustrato de su política social y económica, que es ambidiestra: el autoritatismo, la erradicación cognitiva de contrastes y matices, el pensamiento único, que no es asumido por los más brillantes, de paso, sino por los más egoístas. No existen gobiernos "progres" persiguiendo el cristianismo ni a quienes s...

Escritor Invitado: Miguel Montilla La Peña: Sobre la venezolanidad

Escritor Invitado: Miguel Montilla La Peña Sobre la venezolanidad           Dibujar o, a mejor decir, generalizar las maneras de ser de las personas sólo porque tienen en común el espacio territorial es tan irresponsable como decir que, nuestras desgracias son un castigo divino. Porque no todo japonés es igual, porque no todo canadiense es igual, porque no todo venezolano es igual. Y me detengo en lo venezolano porque no soy japonés ni canadiense. Mi sencillo y único propósito con estas palabras es el de desdibujar o, el desgeneralizar la imagen kitsch que se ha creado en torno al ser venezolano. Imagino que cuando uno de nosotros llega a otro país lo menos que esperan ver es a un Conde del Guácharo (con el perdón del Conde porque ese es su trabajo) que los insulte y los haga reír hasta morir. No es así, y no lamento la decepción. Porque no todo venezolano es jocoso, porque no todo venezolano es dicharachero, porqu...