El pobre no es responsable de su pobreza, así se diga que se hace rico el que tiene mentalidad de rico. El pobre es sólo una de tantas consecuencias de nuestra indiferencia ante los problemas sociales y de tanta negligencia "oficial", que no es otra cosa más que los intereses económicos de unos pocos manifestándose en las altas esferas del poder. No estoy descubriendo el agua tibia con esto, pero hay que insistir en ello, porque sin duda, la superstición también influye en la reflexión (¿o irreflexión?) política, económica y social de muchos, hasta del mismo pobre, que sin duda, tampoco termina de entender el origen de su pobreza.
Los refugiados, los inmigrantes del mundo, somos una consecuencia de esto... y estas supersticiones "sofisticadas" son las culpables de la xenofobia que hace de las suyas en estos tiempos (pienso en España y su sur, que es el norte de África, para no irme más cerca).
Los inmigrantes estorban pero no la maldad que hace emigrar; se ataca al inmigrante pero no al sádico que se enriquece con la desgracia de los muchos.
Toluca, 5 de diciembre del 2018
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