Conspiranoias

Algo que me sorprende del pensamiento conspiranóico es que miente con tanta facilidad, con tanta seguridad, que se hace visible que ellos mismos, quienes asumen este pensamiento, son los primeros en tragarse esas mentiras, porque evidentemente han recibido la información sin contrastarla (asumir una conspiranoia es sinónimo de darle rienda suelta a tu sesgo de confirmación), y siguen reproduciéndola porque no se ha verificado o simplemente, en vista de las incongruencias insoslayables que salen a relucir, no aceptan la debilidad argumental de sus creencias. 

Decir que Soros, Bilderberg, el 20-30, la ONU..., son marxistas, y quieren conquistar el mundo, (por hablar de una porción del espectro total de las tantas conspiranoias que existen) además de ser un despropósito, es decir sin pudor (o bueno, sin saber que lo haces, más bien) que no has leído o entendido ni siquiera la línea que empieza con "Un fantasma...", y mucho menos posee la delicadeza de ver que la propia voluntad de verdad se satisface de manera muy simple y fácil, lo cual nos convierte en personas poco fiables. Lo otro: el poseer una mentalidad conspiranóica, por darle un nombre, allana el camino para radicalismos ambidiestros y para el retroceso cognitivo respecto a las certezas y farsas que la ciencia ha desvelado a lo largo de unos pocos siglos. Por ejemplo, está más que probado que una conspiración de tamaño global es imposible por la incapacidad intrínseca del humano, de no poder coordinar algo tan amplio, complejo y secreto, sin que esto se derrumbe por sí solo; podemos crear redes de cooperación enormes (la explicación de Yuval Noah Harari en SAPIENS, a partir de la capacidad humana de ficcionalizar, es bastante plausible), de eso no cabe duda, pero estas se mantienen a flote porque no deben ser secretas, y no son maquinarias para el exterminio (las veces que hemos visto esto, ha sido un "secreto a voces"). 

Es también curioso el nivel sin duda grotesco de sincretismo que existe en las conspiranoias, que sólo acentúan sus contradicciones e inconsistencias argumentales: un grupo estadounidense cercano a Qanon, que es de tendencia republicana, esperaban la resurrección de J. F. Kennedy un X día, ya que él vendría a restaurar la justicia, el orden y devolverle la presidencia a Trump... Sin palabras: republicanos esperando que un demócrata asesinado "corone" a Trump, que es evidentemente un sociópata. No es casual que aunque EE.UU. es un país desarrollado sea entre los de su grupo, el más religioso y a la vez el que peor califica en la prueba PISA, en ese mismo grupo; toda generalización es inexacta, eso es cierto, ya que EE.UU. tiene las mejores universidades del mundo (aunque fuera del acceso de la mayoría de estadounidenses) pero también vemos a este país como una fuente indiscutible de teorías de la conspiración. Lo otro curioso es que piensen que los objetivos del 20-30 podrían llevarnos a un marxismo global (cuando lo que se quiere es lograr objetivos ambientales y sociales para el año 2030, en vista de la urgencia climática global —lo cual es también en esencia un problema económico— y esta información es de fácil acceso). 

El marxismo es muy criticable, y aunque le debemos muchos avances sociales y epistémicos, hubo cosas que Marx no esperó (el no considerar las altas probabilidades de que en un sistema como el suyo, el autoritarismo iba a ser consecuencia...) pero de ahí a decir que todos los judíos son comunistas (esto es una cosa tan mal informada ,tan fascista y conspiranóica...), que estas organizaciones internacionales son comunistas (lo que falta es que digan que el FMI es backuniano...), o que los movimientos sociales buscan la dominación comunista (como si toda la izquierda fuese comunista, o viera en el Che un ejemplo a seguir), es ignorar tanta información que está a la mano, que no puede sino causar temor ver que existan tantas personas que creen en esto, porque estas creencias no son inocentes. Y no poca gente con estas creencias están en puestos de poder: Bolsonaro es un caso preocupante. 

Tomar decisiones desde la creencia es terrible, dañino, egoísta, criminal (el desconocimiento no nos exime de responsabilidades, por eso los religiosos, son "conocimientos" sumamente perversos, porque declaran tener el camino para evitar el despeñadero, pero... No poseen nada. La bondad que predican es sólo de palabra porque toda religión es eminentemente sectaria, segregacional y contraria a los intereses del globo entero y quienes lo habitan: por eso también vemos una relación tan estrecha entre conservadurismo, misticismo y conspiranoia).

Aunque debemos detenernos en algo que se debe admitir: esta época no es casual que padezca de estas patologías cognitivo-colectivas que generan las conspiranoias, porque esto es producto en buena parte de la poca credibilidad que los poderosos han cosechado a lo largo de la historia, lo cual siembra en las masas la desconfianza por todo lo que hagan los que están arriba en el poder, llegando a sobreestimar las capacidades de estos. Las farmacéuticas se toman, desde los comités de accionistas, como máquinas de fabricar fortunas, no como empresas de ciencia y tecnologia; la corrupción politica; los intereses y manipulaciones de los jerarcas religiosos... Todo esto abona el terreno para que no se espere nada bueno de estos sectores, y por ello creer que una conspiración para terminar de dañarnos resulta tan lógica... Aunque los principios con los que se acoje esta idea no lo sean. Los poderosos son tan narcisistas, amorales y egoístas, que es ingenuo creer que entre ellos se van a poner de acuerdo para, por ejemplo, acabar con buena parte de la población humana... Además, ¡de verdad vamos a creer que los poderosos van a disminuir la población mundial, cuando lo que sucedería después de una acción asi es que la mano de obra barata se extinguiría! 

La conspiranoia es un rasgo no del exceso de información, si no de lo llamativa que es la mentira, la irracionalidad, las respuestas fáciles para las mentes de hoy día, época en que paradójicamente más se escribe, y más ciencia se hace; el problema no es el exceso de información, sino la precaria formación científica y crítica que nos es inculcada. Y una sociedad que prefiere creer a saber y conocer, no resulta prometedora.

Hubo un tiempo en que la ignorancia era un aparato de dominación efectivo para los poderosos, pero hoy dia las condiciones son distintas: cognitivamente no somos tan crédulos como antes (¡imagina cómo éramos antes!) y por lo tanto mientras más mientas desde el poder, más desconfianza y confusion se logrará, lo cual no conviene a nadie. Mucho menos a los poderosos.