Tres grandes de mi tierra que hoy ya no estremecen este suelo con sus pasos (aunque el profesor Cuartín era falconiano de nacimiento, y Javier caraqueño... irremediablemente trujillanos). De izquierda a derecha: Francisco "el flaco" Prada (o comandante Arauca), ejemplo de revolucionario coherente y un verdadero Quijote de nuestro tiempo... nunca olvidaremos sus charlas en su casa, allá entre la montaña; Javier, nuestro Papamonstruo, el más poeta entre los irreverentes, y el más irreverente entre los poetas; y el profesor Pedro Cuartín, que siempre podía desentrañar lo más insospechado de las palabras o con su envidiable memoria recitarnos a Quevedo para hacernos reír.
Mi tierra se queda sin su gente, unos al exilio cruel entre los vivos, otros, al exilio infranqueable al que estamos destinados por nacer, y ¿qué es una tierra amada sin aquellos con quienes se amó en esa tierra?
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