La verdad existe, y no es un punto concreto al cual llegar, es más una probabilidad de camino correcto: hay caminos más eficientes o efectivos que otros. Por eso la verdad debe entenderse como un fenómeno estadístico: donde hay más probabilidad de verdad, ahí debemos poner nuestra atención, y descartar lo demás.
La verdad es que yo, como estoy seguro pasa con la mayoría de mis congéneres, no conozco lo que es el acoso. Es más, soñaba de adolescente con que me persiguieran las chicas. Esto hoy día, lo encuentro tan revelador sobre lo que no he vivido y que otras personas sí, como elocuente sobre los prejuicios tan internalizados que tenemos como individuos sociales.
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