No sé si indignación, vergüenza ajena, o una gracia causada por lo irónico que es el descaro, es lo que me ocasiona el leer lo que dice el Granma sobre las acciones del Colectivo San Isidro en Cuba: "un nuevo show, instrumentado desde Washington y Miami" [...] "forma parte de los planes de subversión contra Cuba". Los que somos venezolanos, exiliados o no, o quienes vivimos en carne propia la debacle social, económica y política (y sus implicaciones éticas y morales) de Venezuela, este tipo de discurso no nos es extraño; y es que el gobierno de Venezuela, desde que el difunto Chávez salió del closet socialista (recuerden que en el 98, en su campaña a la presidencia, tildaba de dictadura al gobierno de Castro) ha asumido esta "estética" propagandística. Y no es casual, ya Hannah Arendt nos habló de esto hace casi setenta años: las tiranías son locales, el totalitarismo busca desdibujar las fronteras, para que el terror, el dominio sea, precisamente, tota...